Esperando a los más formales de los informales: al amor y a la muerte.Intentando, sin poner reglas al juego, amar como odian los amantes. Sabiendo que el pensamiento es estar siempre de paso, yendo sin llegar - no preguntéis a donde - siempre a lomos de una yegua sombría o a bordo de un barco enloquecido que viene de la noche y va a ninguna parte.
